miércoles, 18 de mayo de 2011

  • Adolescencia




Cómo piensan, qué sienten, cuáles son sus perspectivas de futuro... Las jóvenes actrices, algunas, quizás, las estrellas del futuro, explican sus inquietudes. Y es que aunque los tiempos han cambiado, los adolescentes siguen teniendo unos anhelos y unas inseguridades como los de pasadas generaciones. El mensaje sigue siendo el mismo, las formas se reinventan, ¡y de qué manera!






Lídia Torrent (Laura en Blog. 16 años. Estudiante de 1º de Bachillerato social. Sant Quirze del Vallés.)
Anna Castillo (Bea en Blog. 17 años. Estudiante de 2º de Bachillerato artístitico-escénico. Barcelona)
Sara Gómez (Sandra en Blog. 18 años. Estudiante de 1º de Publicidad y Relaciones Públicas. Barcelona)
 
Messenger, webcam, Youtube, blogs, Facebook, Twitter y el reinventadísimo móvil. Si algo caracteriza la pasada década es el incremento a pasos agigantados de las últimamente archiconocidas redes sociales. A raíz de la enorme evolución de la web 2.0, ha surgido la necesidad imperiosa de estar las 24 horas en contacto con otros amigos o usuarios. Tras este boom, ha habido un sector de la sociedad que ha adoptado como suyos los principios de la interactividad, los adolescentes. Estos jóvenes totalmente digitalizados precisan, como si de una sustancia adictiva se tratase, estar permanentemente conectados a la red. Esa especie de droga, socialmente aceptada, es una de las protagonistas de Blog, que se estrenará en los cines el 21 de enero.
Con un pacto secreto como excusa, Blog acaba convirtiéndose en un retrato de cómo son, cómo se comportan y cómo sienten los adolescentes en la era de internet everywhere & anytime (en cualquier sitio y a cualquier hora). La adolescencia es una etapa de la vida de cualquier ser humano en la que los cambios tanto físicos como emocionales son tan notables como variables, donde se puede pasar en una milésima de segundo de la felicidad más inmensa a la depresión más absoluta. Así lo ve Anna Castillo, una de las más activas e inquietas del grupo de actrices protagonistas: “Soy muy pasional, cuando algo me gusta, ¡me gusta mucho! Y cuando algo no me gusta, ¡no me gusta nada!”. Y es que la adolescencia es una época con momentos increíblemente fantásticos y con otros que no lo son tanto…, pero eso sí, con los sentimientos siempre a flor de piel.
La manera de contar las cosas que tiene Blog se consigue gracias a que las mismas protagonistas son las que, en ocasiones, se graban –a modo de vídeo doméstico–. Las confesiones más personales y privadas ante la webcam son las que hace veinte años, quizás, se hacían frente al espejo. El medio puede haberse renovado, pero el mensaje siempre es el mismo. Ciertamente, los tiempos han cambiado, y la forma de comunicarse entre los jóvenes –y entre los no tan jóvenes, aunque a un ritmo menos acelerado– ha ido evolucionando. Lo que sigue siendo igual son los miedos, las emociones, las inseguridades… que sintieron generaciones anteriores y que sentirán y sufrirán las generaciones venideras de adolescentes. Esos sentimientos afloran en Blog y son los que viven sus protagonistas también en la vida real. Como chicas jóvenes que son, exaltan la amistad, se enamoran, sufren desengaños, dudan sobre su futuro profesional…“¿Qué te gustaría hacer después del bachillerato? ¡Es la gran pregunta del año!”, bromea Irene Trullén. 

Estas jóvenes actrices no han hecho más que interpretarse a ellas mismas en Blog, con algunas directrices distintas a su personalidad –exigidas por el guión–, pero, al fin y al cabo, son ellas. Chicas preocupadas por su imagen… –“¿Qué tal me queda esto?”, “¿Esto me pega?”, “¿Me pongo otra cosa, o no me cambio?”–. Y es que, como dice Lídia Torrent, “a veces prefiero llevar una cosa que le guste a la demás gente antes que sentirme yo mal llevándola”. Al igual que el personaje al que interpreta en la película, esta joven se define como una persona “muy insegura” y se siente más cómoda cuando sabe que los demás la aprueban, “algo así como una aceptación general”. Aceptación es lo que muchos jóvenes buscan a la hora de pertenecer a un grupo y sentirse integrados. Blog quiere dejar constancia de esta necesidad y lo consigue, quedando reforzada con la relación de complicidad que existe entre las chicas, tanto en la ficción como en la realidad

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